Bunker diseña un pabellón con 5,000 cajas de refresco
Más que un objeto estético/escultórico, el despacho imaginó una topografía que los visitantes pudieran utilizar de una infinidad de maneras.
CIUDAD DE MÉXICO — En el 2012 construimos nuestro Pabellón Sobreciclable que funcionó como la cafetería de Expo CIHAC, la exposición más grande de arquitectura y construcción de Latinoamérica que se lleva a cabo todos los años en la Ciudad de México.
Fue un proyecto auto gestionado, construido con 5,000 cajas de refresco que buscaba servir de ejemplo de como poder lograr un pabellón sustentable que no terminara en la basura una vez concluida la expo, como todos los demás pabellones. Cuando la exposición llego a su fin, las cajas se le regresaron a la refresquera para seguir siendo utilizadas para lo que originalmente fueron concebidas: cargar refrescos.
Personal del gobierno del Estado de Chihuahua que visitaron la exposición en el 2012 les llamó tanto la atención nuestro Pabellón Sobreciclable que nos invitaron a hacer una intervención similar en la Feria del Libro Anual en Cd. Juárez. Nuestro únicos requisitos fueron 5,000 cajas de refrescos y un grupo de 30 estudiantes de arquitectura para ayudar a construir el pabellón.
El espacio que nos asignaron fue al centro de la Feria del Libro y más que un objeto estético/escultórico que llamara la atención, nos imaginamos una topografía compuesta por las mismas cajas en donde los visitantes de la exposición pudieran utilizarla de una infinidad de maneras.
La topografía funciona como banca para sentarse, como paso que conecta los pasillos de la feria, como mirador para valorar los stands desde otra perspectiva, como escalera, como juego para los niños, como anfiteatro para un concierto acústico, para acomodar a un grupo de lectura y para sentar a quienes presencian una pequeña conferencia.
Más que una intervención arquitectónica, es una topografía social que responde a los diferentes usos de los visitantes de la expo y los invita e incita a explorarla. Al terminar la feria, el pabellón se desmontó y las cajas de refrescos fueron devueltas a la refresquera sin generar contaminación o residuos minimizando así su huella de carbono.
La Topografía Social sirvió de ejemplo de como podemos sobreciclar objetos comunes, y de una manera creativa transformarlos y darles un nuevo uso.
Fuente: Obras Web
CIUDAD DE MÉXICO — En el 2012 construimos nuestro Pabellón Sobreciclable que funcionó como la cafetería de Expo CIHAC, la exposición más grande de arquitectura y construcción de Latinoamérica que se lleva a cabo todos los años en la Ciudad de México.
Fue un proyecto auto gestionado, construido con 5,000 cajas de refresco que buscaba servir de ejemplo de como poder lograr un pabellón sustentable que no terminara en la basura una vez concluida la expo, como todos los demás pabellones. Cuando la exposición llego a su fin, las cajas se le regresaron a la refresquera para seguir siendo utilizadas para lo que originalmente fueron concebidas: cargar refrescos.
Personal del gobierno del Estado de Chihuahua que visitaron la exposición en el 2012 les llamó tanto la atención nuestro Pabellón Sobreciclable que nos invitaron a hacer una intervención similar en la Feria del Libro Anual en Cd. Juárez. Nuestro únicos requisitos fueron 5,000 cajas de refrescos y un grupo de 30 estudiantes de arquitectura para ayudar a construir el pabellón.
El espacio que nos asignaron fue al centro de la Feria del Libro y más que un objeto estético/escultórico que llamara la atención, nos imaginamos una topografía compuesta por las mismas cajas en donde los visitantes de la exposición pudieran utilizarla de una infinidad de maneras.
La topografía funciona como banca para sentarse, como paso que conecta los pasillos de la feria, como mirador para valorar los stands desde otra perspectiva, como escalera, como juego para los niños, como anfiteatro para un concierto acústico, para acomodar a un grupo de lectura y para sentar a quienes presencian una pequeña conferencia.
Más que una intervención arquitectónica, es una topografía social que responde a los diferentes usos de los visitantes de la expo y los invita e incita a explorarla. Al terminar la feria, el pabellón se desmontó y las cajas de refrescos fueron devueltas a la refresquera sin generar contaminación o residuos minimizando así su huella de carbono.
La Topografía Social sirvió de ejemplo de como podemos sobreciclar objetos comunes, y de una manera creativa transformarlos y darles un nuevo uso.
Fuente: Obras Web